A menudo, en las fiestas (a las que evito concurrir siempre que puedo) alguien me da un fuerte apretón de manos, sonriendo, y después me dice, con aire de jubilosa conspiración: "Sabe, siempre he deseado escribir."
Antes, yo trataba de ser amable.
Ahora, contesto con la misma regocijada excitación: "Sabe, siempre he deseado ser neurocirujano."
Me miran con perplejidad. No importa. Últimamente circula por el mundo mucha gente perpleja.
Si quieres escribir, escribes.
Sólo escribiendo se aprende a escribir. Y ése, en cambio, no es un buen sistema para enfrentarse a la neurocirugía.
-JOHN D. MACDONALD-

martes, 14 de diciembre de 2010

El Club de la Lucha (II)

Caballeros, bienvenidos al Club de la Lucha.


La primera regla del Club es: no hablar del Club de la Lucha.
La segunda regla del Club es: que ningún socio debe hablar del Club de la Lucha.
En cuanto a la tercera es: si alguien grita basta, flaquea o desfallece, el combate se acaba.
La cuarta: que sólo habrá dos luchadores.
La quinta: sólo habrá una pelea cada vez.
La sexta: se peleará sin camisa ni zapatos.
Séptima regla: las peleas durarán el tiempo que sea necesario.
Y la octava y última regla: si ésta es vuestra primera noche en el Club de la Lucha, tenéis que pelear.

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